Pero la noche sigue…
parpadeos de recuerdos cubren el pensamiento;
solo instantes de una juventud aquella de justa edad, la que jamás vuelve
Soy yo el propio olvido
y sigo buscándome, cada éxtasis es un paso hacia ese ouroboros
que se muerde la cola (que se hace eterno), y arde con llamas verdes,
en donde esa visión revela mi “personalidad”