Inmensidad del deseo, si hay en el
corazón una luz que estalla y crea el
mundo y lo revienta.
Primero veré tu rostro que no se
olvida ni se memoriza, porque es, en la luz de las estrellas, en las
infatigables nubes, en el aroma de las flores, en la suavidad del viento y
donde todo permanece. Ni siquiera la lluvia besará tu reflejo…
En las afueras del deseo ya nada
existe…
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